Las empresas enfrentan presión para adoptar prácticas sostenibles en sus empaques. Sin embargo, a menudo se utilizan mitos que desalientan esta transición. 1. Costo: Se piensa que el empaque sostenible es caro, pero los beneficios a largo plazo superan los costos iniciales. Materiales como papel biodegradable y empaques impresos digitalmente son más económicos y reducen la huella de carbono. 2. Opciones limitadas: Se cree que hay pocas opciones de materiales sostenibles, pero existen innovaciones como bioplásticos, papel de bambú y cartones reutilizables. 3. Atractivo estético: Hay una percepción de que el empaque sostenible es feo, pero los avances tecnológicos han permitido crear diseños atractivos con tintas ecológicas. 4. Desechos: Algunas empresas piensan que el empaque sostenible genera más desechos.
Sin embargo, es fundamental implementar procesos de fabricación sostenibles para minimizar el impacto ambiental. 5. Reciclabilidad: Reciclar no es sinónimo de sostenibilidad; se debe considerar el ciclo de vida completo del producto. 6. Protección del producto: Se cree que el empaque sostenible no protege adecuadamente los productos, pero existen opciones tan duraderas como las convencionales.
Sin embargo, es fundamental implementar procesos de fabricación sostenibles para minimizar el impacto ambiental. 5. Reciclabilidad: Reciclar no es sinónimo de sostenibilidad; se debe considerar el ciclo de vida completo del producto. 6. Protección del producto: Se cree que el empaque sostenible no protege adecuadamente los productos, pero existen opciones tan duraderas como las convencionales.